Hasta el 13 de Enero.
El manga, la gastronomía, la tecnología… Conocemos muchos aspectos de la cultura nipona que contribuyen a construir la imagen que tenemos de Japón. Sin embargo, la fotografía sigue siendo, seguramente, una de sus expresiones culturales menos conocidas en esta parte del mundo.
Desde el inicio del arte fotográfico, Japón ha seguido un camino particular, adaptando las corrientes occidentales a su propia sensibilidad e inquietudes. Un claro ejemplo de ello es el pictorialismo japonés, fuertemente influido por la pintura tradicional japonesa; o el grupo Provoke, que retrata la crisis de valores del Japón de posguerra a través de imágenes desenfocadas, toscas y borrosas.
El estallido de la burbuja económica, a inicios de los 90, agrietó los cimientos del antiguo orden; y ahora más que nunca, tras la reciente crisis nuclear, Japón se ve en la necesidad de reformularse como nación. ¿Cómo interpretan las nuevas generaciones esta situación?